sábado, 22 de octubre de 2011

Lo que te queda de mí.

Me habían dicho que los muertos no sufren, que no sienten. Me habían dicho que eras tú, como un demonio justo, que no se tienta el corazón y acaba con todo. Dicen también que eres mujer fatal, que enamora y destruye, que tus ojos reflejan soledad infinita, que tienes una sonrisa tétrica pero reconfortante. Que te los llevaste a todos a no sé dónde, y que jamás los volvieron a ver.

Cuando te conocí, me pareciste particularmente hermosa, con tu vestido tan negro, que parecía que le guardaba luto a la humanidad entera. Y esos ojos de una belleza perdida, entre la oscuridad del universo que reinas, y los escombros de la vida. ¿Lo recuerdas? Te sentaste junto a mí en la banca del parque, y me preguntaste por mi vida. Me invitaste un cigarro y a conversar con una copa de por medio. Recuerdo la música que flotaba en el ambiente, y tu voz tan llena de melancolía cantando para mí. Y la rabia que se me salía por los ojos, incontrolable, como si cargara con toda la tristeza del mundo, y la llorara frente a ti, para ti. Y el humo que nos envolvía, mientras bebías impasible, y me mirabas con esa tranquilidad que sólo se ve en los muertos.

De pronto te fuiste, dejándome a solas con todos esos demonios que revoloteaban sobre mis pensamientos contagiándolos de pesadumbre. Lo que quedó de ti fue la colilla y el vaso medio lleno que me bebí para saber a qué sabes. Salí huyendo, para buscarte, en la iglesia, el parque, el mercado, las cantinas, el cementerio, los hospitales. No estabas, y yo me moría de angustia, ahogado en mi vaso de aguardiente te llame hasta quedarme mudo, sin parpadear para verte, hasta quedarme ciego. Y corrí hasta la banca donde te encontré, y ahí mismo me arranqué el alma como pude. La dejé en el lugar donde estabas sentada.

Si algún día pasas por ahí, sabrás que es tuya y te la puedes llevar.

lunes, 10 de octubre de 2011

Legión

Nacidos malditos, nacidos para perder...
...y aun asi ganamos!
Porque controlada, la infeccion se vuelve cura; porque conquistado, el vacio se vuelve manto; esa podredumbre desvocada genera vida...
...sin miedos, sin lamentos. A falta de manada nos convertimos en un ejercito de uno
Esa impía aura que nos rodea se extiende, atrayendo a los semejantes como la carroña a las moscas, repeliendo a quienes solo entorpecen el camino...
y aunque la destruccion sea una sombra cotidiana en nuestro haber, nuestra construcción perdurara mas de lo que la gente pueda alcanzar a ver...
...sin la envidia de los dioses, pero tampoco con su bendición!
noxious maverick